“La
atención empática y brindadora de cuidados provee al infante de un
espejo, por decirlo así, en el cual puede gradualmente llegar a
reconocerse y experimentarse como un ser completo, como self [ = sí
mismo].
La figura de la madre que lleva a cabo esta función de reflejo empático es denominada por Kohut `objeto de self’. Emplea este término paradójico para designar a las personas del medio ambiente del bebé que son experimentadas por él como si fueran partes de su propio self.
Esto se da naturalmente en la temprana infancia, cuando `yo y tú’, self y objeto, no pueden ser discriminados ni cognitiva ni emocionalmente. En este sentido la designación `objeto de self’ parecería ser bastante apropiada (…)
Desde el punto de vista científico el self es una hipótesis, cuya existencia no puede ser demostrada. Pero se hace notar a través de sus efectos sobre la experiencia psíquica, de la cual Jung da algunos llamativos ejemplos en sus memorias.
El self también se manifiesta con gran poder en una amplia gama de símbolos de la divinidad. Esto proporciona a Jung la base para su psicología de la religión, la cual ocupa un lugar central en su obra, ya que desde un punto de vista empírico ciertos símbolos del self no pueden ser distinguidos de la imagen de Dios (…)
Como hemos dicho, el self se manifiesta a través de símbolos del más alto valor, por ejemplo, la imagen de un tesoro difícil de encontrar, la rama dorada, la perla, o el oro filosófico de los alquimistas. El self puede expresarse en símbolos que representan estructuras de orden, tales como el mándala o la cuaternidad. También puede ser personificado por figuras dotadas de cualidades sobrehumanas. Las imágenes religiosas de dioses que han tomado forma humana y la creencia cristiana en Dios como padre y Cristo como hijo son representaciones simbólicas del self.
El self posee una fuerte carga afectiva que, cuando toma expresión en tales símbolos, se siente como algo numinoso.”
(Mario Jacoby, Individuation and narcissism)
La figura de la madre que lleva a cabo esta función de reflejo empático es denominada por Kohut `objeto de self’. Emplea este término paradójico para designar a las personas del medio ambiente del bebé que son experimentadas por él como si fueran partes de su propio self.
Esto se da naturalmente en la temprana infancia, cuando `yo y tú’, self y objeto, no pueden ser discriminados ni cognitiva ni emocionalmente. En este sentido la designación `objeto de self’ parecería ser bastante apropiada (…)
Desde el punto de vista científico el self es una hipótesis, cuya existencia no puede ser demostrada. Pero se hace notar a través de sus efectos sobre la experiencia psíquica, de la cual Jung da algunos llamativos ejemplos en sus memorias.
El self también se manifiesta con gran poder en una amplia gama de símbolos de la divinidad. Esto proporciona a Jung la base para su psicología de la religión, la cual ocupa un lugar central en su obra, ya que desde un punto de vista empírico ciertos símbolos del self no pueden ser distinguidos de la imagen de Dios (…)
Como hemos dicho, el self se manifiesta a través de símbolos del más alto valor, por ejemplo, la imagen de un tesoro difícil de encontrar, la rama dorada, la perla, o el oro filosófico de los alquimistas. El self puede expresarse en símbolos que representan estructuras de orden, tales como el mándala o la cuaternidad. También puede ser personificado por figuras dotadas de cualidades sobrehumanas. Las imágenes religiosas de dioses que han tomado forma humana y la creencia cristiana en Dios como padre y Cristo como hijo son representaciones simbólicas del self.
El self posee una fuerte carga afectiva que, cuando toma expresión en tales símbolos, se siente como algo numinoso.”
(Mario Jacoby, Individuation and narcissism)
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