PSICOLOGIA ANALITICA : C. G. JUNG El egoísmo de los enfermos.: C. G. JUNG ..Y es precisamente el egoísmo de los enfermos que me obliga, ondas curarlos, a reconocer el profundo significado del egoísm...
viernes, 14 de octubre de 2016
C. G. JUNG El egoísmo de los enfermos.
C.
G. JUNG ..Y es precisamente el egoísmo de los enfermos que me obliga,
ondas curarlos, a reconocer el profundo significado del egoísmo, el cual
representa - debería ser ciego para no verlo - una auténtica " voluntad
de Dios '. Es decir, si el enfermo puede - y en Esto tengo que ayudarle
- a hacer prevalecer su egoísmo, se estrania por los demás y los
rechaza volviéndolos volver en sí. Es justo lo que se merecen, dado que
querían quitarle su "Sagrado egoísmo", que debe de haberle
dejado porque es su fuerza más poderosa y más sana, es - como ya he
dicho - una verdadera voluntad de Dios que lo empuja hacia Un
aislamiento a menudo total. Este Estado, aunque lo que alguna vez
miserable, es al mismo tiempo muy útil: dado que sólo en ella el enfermo
puede reconocerse, puede aprender a medir qué bien inestimable es el
amor de los demás hombres; y porque solamente en el abandono y en la más
profunda soledad se pueden encontrar Las propias fuerzas que vinieron a
ayudar. El más que diabólico egoísmo es la vía regia hacia el silencio
que la experiencia religiosa más profunda requiere. Es la gran ley del
enantiodromía, del vuelco hacia el opuesto que hace posible la
transmigración de las mitad enemigas de la que está hecha la
personalidad, poniendo fin a la guerra civil. Es como si, en el momento
culminante de la enfermedad, el elemento destructivo se robó elemento
sanador. El gran desmoronamiento ocurre es decir, en el instante en el
que aparecen en los sueños o en las fantasías las razones por las que no
se puede demostrar que tengan origen en la conciencia. El hecho de que
desde el oscuro reino de la psique se haga encuentro al enfermo de algo
ajeno, que no lo se encuentra por lo tanto, más allá de la arbitrariedad
personal de este, actúa como una gran iluminación. Encontré el acceso a
las fuentes de la vida psíquica, el enfermo empieza a curar "
(C.G. Jung - psiquiatra y psicoterapeuta)
(C.G. Jung - psiquiatra y psicoterapeuta)
jueves, 13 de octubre de 2016
PSICOLOGIA ANALITICA : El reencuentro del Alma. Cap I ( Alma mía, contigo...
PSICOLOGIA ANALITICA : El reencuentro del Alma. Cap I ( Alma mía, contigo...: El reencuentro del Alma. Cap I ( Alma mía, contigo ha de continuar mi viaje. Contigo quiero andar y ascender a mi soledad.) Cuando tuv...
El reencuentro del Alma. Cap I ( Alma mía, contigo ha de continuar mi viaje. Contigo quiero andar y ascender a mi soledad.)
El reencuentro del Alma. Cap I ( Alma mía, contigo ha de continuar mi viaje. Contigo quiero andar y ascender a mi soledad.)
Cuando tuve la visión del diluvio en octubre de 1913, ésta ocurrió en una época que para mí, como hombre, fue significativa. En aquel entonces, a mis cuarenta años, había alcanzado todo lo que alguna vez había deseado. Había alcanzado fama, poder, riqueza, saber y toda la felicidad humana.
Entonces cesó mi anhelo por el acrecentamiento de estos bienes, el deseo
retrocedió en mí, y me sobrevino el horror.La visión del diluvio me atrapó, y sentí el espíritu de la profundidad, pero no lo comprendí. Él, sin embargo, me forzó con insoportable anhelo interior, y yo dije: “Alma mía, ¿dónde estás? ¿Me oyes? Yo te hablo, yo te llamo, ¿estás allí? He regresado, estoy nuevamente aquí, he sacudido de mis pies el polvo de todas las comarcas, y vine hacia ti, estoy contigo, tras largos años de largo andar he
vuelto a ti. He de contarte todo lo que he visto, vivido, bebido en mí. ¿O no quieres escuchar nada de todo aquello lleno de ruido de la vida y del mundo?
Algo, sin embargo, tienes que saber: una cosa he aprendido, y es que hay que
vivir esta vida. Esta vida es el camino, el camino largamente buscado hacia lo
inasible, que nosotros llamamos divino.No hay ningún otro camino. Todos
los demás caminos son senderos errantes. Yo encontré el camino recto, él me
llevó hacia ti, hacia mi alma. Regreso con temple y purificado. ¿Me conoces
todavía? ¡Cuánto se prolongó esta separación! Todo se ha vuelto tan distinto.
¿Y cómo te encontré? ¡Qué maravilloso fue mi viaje! ¿Con qué palabras he de
describirte los entreverados senderos por los cuales una buena estrella me guió
hacia ti? Dame tu mano, mi alma casi olvidada. Cuán cálida la alegría de volverte a ver, a ti, alma largamente negada. La vida me ha llevado nuevamente hacia
ti. Queremos agradecerle a la vida que he vivido, agradecerle todas las horas
alegres y todas las horas tristes, agradecerle la alegría y el dolor. Alma mía, contigo ha de continuar mi viaje. Contigo quiero andar y ascender a mi soledad.
Cuando tuve la visión del diluvio en octubre de 1913, ésta ocurrió en una época que para mí, como hombre, fue significativa. En aquel entonces, a mis cuarenta años, había alcanzado todo lo que alguna vez había deseado. Había alcanzado fama, poder, riqueza, saber y toda la felicidad humana.
Entonces cesó mi anhelo por el acrecentamiento de estos bienes, el deseo
retrocedió en mí, y me sobrevino el horror.La visión del diluvio me atrapó, y sentí el espíritu de la profundidad, pero no lo comprendí. Él, sin embargo, me forzó con insoportable anhelo interior, y yo dije: “Alma mía, ¿dónde estás? ¿Me oyes? Yo te hablo, yo te llamo, ¿estás allí? He regresado, estoy nuevamente aquí, he sacudido de mis pies el polvo de todas las comarcas, y vine hacia ti, estoy contigo, tras largos años de largo andar he
vuelto a ti. He de contarte todo lo que he visto, vivido, bebido en mí. ¿O no quieres escuchar nada de todo aquello lleno de ruido de la vida y del mundo?
Algo, sin embargo, tienes que saber: una cosa he aprendido, y es que hay que
vivir esta vida. Esta vida es el camino, el camino largamente buscado hacia lo
inasible, que nosotros llamamos divino.No hay ningún otro camino. Todos
los demás caminos son senderos errantes. Yo encontré el camino recto, él me
llevó hacia ti, hacia mi alma. Regreso con temple y purificado. ¿Me conoces
todavía? ¡Cuánto se prolongó esta separación! Todo se ha vuelto tan distinto.
¿Y cómo te encontré? ¡Qué maravilloso fue mi viaje! ¿Con qué palabras he de
describirte los entreverados senderos por los cuales una buena estrella me guió
hacia ti? Dame tu mano, mi alma casi olvidada. Cuán cálida la alegría de volverte a ver, a ti, alma largamente negada. La vida me ha llevado nuevamente hacia
ti. Queremos agradecerle a la vida que he vivido, agradecerle todas las horas
alegres y todas las horas tristes, agradecerle la alegría y el dolor. Alma mía, contigo ha de continuar mi viaje. Contigo quiero andar y ascender a mi soledad.
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