“Una
persona sensible algo desequilibrada, como lo es siempre un neurótico,
tendrá que afrontar su vida con dificultades especiales y acaso con
tareas más singulares que una persona normal, que generalmente sólo
necesita seguir el camino trillado de una existencia ordinaria. Para el
neurótico no hay una forma de vivir exactamente establecida, ya que sus
objetivos y tareas son casi siempre de naturaleza
individualísima. Intenta ir por el camino más o menos incontrolado y
semiconsciente de la persona normal, sin darse cuenta que su propio modo
de ser crítico y diferente exige de él más esfuerzo del que se ve
obligado a realizar una persona normal.”
(C. G. Jung, Sobre psicoanálisis; en: Freud y el psicoanálisis)
(C. G. Jung, Sobre psicoanálisis; en: Freud y el psicoanálisis)
LOS COMPLEJOS
“Jung concluyó que el inconsciente está significativamente moldeado por las relaciones cercanas en el entorno familiar (…) Más adelante durante el desarrollo del niño, estas estructuras psíquicas tempranas se modifican considerablemente a causa de la exposición a un entorno cultural más amplio (…)
Sin embargo, los complejos iniciales inducidos por la familia no desaparecen de la psique. El complejo materno y el complejo paterno no dejan de dominar la escena en el inconsciente personal. Ellos son los gigantes (…)
“Qué es entonces, científicamente hablando, un `complejo con tonalidad afectiva’?”, se pregunta Jung. “Es la imagen de una determinada situación psíquica que tiene un fuerte acento emocional y, además, es incompatible con la actitud habitual de la consciencia”
No debe ser confundido con una realidad objetiva, una persona real o un cuerpo concreto. El complejo es un objeto interno y en su núcleo es una imagen (…)
En gran parte, los complejos son producto de la experiencia: trauma, interacciones y patrones familiares, condicionamiento cultural. Estos se combinan con algunos elementos innatos llamados por Jung “imágenes arquetípicas”, y así se conforma la totalidad del complejo.
Los complejos son lo que permanece en la psique una vez que la experiencia ha sido digerida y reconstruida en forma de objetos internos.
En los seres humanos los complejos funcionan como el equivalente de los instintos en otros mamíferos. Las imagos o complejos son, por decirlo de alguna manera, instintos humanos construidos (…)
La respuesta de autoprotección ante un depredador está integrada en el sistema del pollito, la imagen del depredador es innata y es reconocida sin necesidad de ser aprendida. Los complejos funcionan de manera similar, sólo que en el ser humano parecen ser casi instintivos y no realmente instintivos (…)
Los sueños se forman a partir de estas imágenes inconscientes, los complejos."
(Murray Stein, El mapa del alma según Jung)
“Jung concluyó que el inconsciente está significativamente moldeado por las relaciones cercanas en el entorno familiar (…) Más adelante durante el desarrollo del niño, estas estructuras psíquicas tempranas se modifican considerablemente a causa de la exposición a un entorno cultural más amplio (…)
Sin embargo, los complejos iniciales inducidos por la familia no desaparecen de la psique. El complejo materno y el complejo paterno no dejan de dominar la escena en el inconsciente personal. Ellos son los gigantes (…)
“Qué es entonces, científicamente hablando, un `complejo con tonalidad afectiva’?”, se pregunta Jung. “Es la imagen de una determinada situación psíquica que tiene un fuerte acento emocional y, además, es incompatible con la actitud habitual de la consciencia”
No debe ser confundido con una realidad objetiva, una persona real o un cuerpo concreto. El complejo es un objeto interno y en su núcleo es una imagen (…)
En gran parte, los complejos son producto de la experiencia: trauma, interacciones y patrones familiares, condicionamiento cultural. Estos se combinan con algunos elementos innatos llamados por Jung “imágenes arquetípicas”, y así se conforma la totalidad del complejo.
Los complejos son lo que permanece en la psique una vez que la experiencia ha sido digerida y reconstruida en forma de objetos internos.
En los seres humanos los complejos funcionan como el equivalente de los instintos en otros mamíferos. Las imagos o complejos son, por decirlo de alguna manera, instintos humanos construidos (…)
La respuesta de autoprotección ante un depredador está integrada en el sistema del pollito, la imagen del depredador es innata y es reconocida sin necesidad de ser aprendida. Los complejos funcionan de manera similar, sólo que en el ser humano parecen ser casi instintivos y no realmente instintivos (…)
Los sueños se forman a partir de estas imágenes inconscientes, los complejos."
(Murray Stein, El mapa del alma según Jung)
“Es
muy probable que gran parte de los símbolos históricos procedan
directamente del sueño o, al menos, se inspiren en él: En lo que
respecta a la elección del tótem, lo sabemos con toda seguridad;
asimismo, existen testimonios de ello en lo
relativo a la elección de los dioses (…) En el trabajo práctico con
nuestros pacientes tropezamos a cada paso con tales creaciones
simbólicas, cuyo objetivo es transformar la libido.”
(C. G. Jung, Sobre la energética del alma; en: La dinámica de lo inconsciente)
(C. G. Jung, Sobre la energética del alma; en: La dinámica de lo inconsciente)
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