“Este fragmento de un análisis se ofrece como ejemplo de la posición depresiva tal como aparece en el curso de un análisis (…)
La idea que está en la base de la presente comunicación es que si estamos al tanto de la regresión producida durante la sesión analítica, podemos atenderla de forma inmediata y de este modo permitir que ciertos pacientes, no demasiado enfermos, efectúen las necesarias regresiones en fases breves, quizás incluso casi instantáneamente.
Yo diría que en el estado de retraimiento, un paciente está sosteniendo su self, y que si inmediatamente después de que se presenta ese estado el analista puede sostener al paciente, lo que de otra manera habría sido un estado de retraimiento se convierte en una regresión.
La ventaja de una regresión es que conlleva la posibilidad de corregir una inadecuada `adaptación a la necesidad’ en la historia del paciente, vale decir, en el manejo que hicieron de él durante su infancia. En cambio, el estado de retraimiento no beneficia, y cuando el paciente se recobra de tal estado, no ha cambiado.
Cada vez que comprendemos de forma profunda a un paciente y se lo mostramos con una interpretación correcta y oportuna, de hecho estamos sosteniendo al paciente y participando en una relación en la que éste se halla, en algún grado, en regresión y en dependencia (…)
El analista (…) cuanto antes acepte la regresión y la atienda plenamente, menos probable es que el paciente necesite iniciar una enfermedad con características regresivas.”
La idea que está en la base de la presente comunicación es que si estamos al tanto de la regresión producida durante la sesión analítica, podemos atenderla de forma inmediata y de este modo permitir que ciertos pacientes, no demasiado enfermos, efectúen las necesarias regresiones en fases breves, quizás incluso casi instantáneamente.
Yo diría que en el estado de retraimiento, un paciente está sosteniendo su self, y que si inmediatamente después de que se presenta ese estado el analista puede sostener al paciente, lo que de otra manera habría sido un estado de retraimiento se convierte en una regresión.
La ventaja de una regresión es que conlleva la posibilidad de corregir una inadecuada `adaptación a la necesidad’ en la historia del paciente, vale decir, en el manejo que hicieron de él durante su infancia. En cambio, el estado de retraimiento no beneficia, y cuando el paciente se recobra de tal estado, no ha cambiado.
Cada vez que comprendemos de forma profunda a un paciente y se lo mostramos con una interpretación correcta y oportuna, de hecho estamos sosteniendo al paciente y participando en una relación en la que éste se halla, en algún grado, en regresión y en dependencia (…)
El analista (…) cuanto antes acepte la regresión y la atienda plenamente, menos probable es que el paciente necesite iniciar una enfermedad con características regresivas.”
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