martes, 25 de marzo de 2014

JUNG Y KERNBERG


“La base esencial de nuestra personalidad es la afectividad. El pensamiento y la acción son, por así decirlo, sólo síntomas de nuestra afectividad.”
(C. G. Jung, Sobre la psicología de la dementia praecox; en: Psicogénesis de las enfermedades mentales)
“Propongo que los afectos son el sistema motivacional primario.”
(O. F. Kernberg, Controversias contemporáneas de las teorías psicoanalíticas, sus técnicas y aplicaciones)
“Los afectos placenteros y dolorosos son los principales agentes organizadores de las relaciones objetales internalizadas `buenas` y ‘malas’, y constituyen los principales sistemas instintivos o motivacionales que organizan la experiencia intrapsíquica.
La libido y la agresión no son factores ajenos a este fenómeno, sino que representan la organización global de los sistemas instintivos en una polarización general de `bueno’ y `malo’.
En un primer momento, los estados afectivos determinan la integración de la relaciones objetales internalizadas y de los sistemas instintivos generales; más tarde marcan la activación del instinto y lo representan en el contexto de la movilización de determinadas relaciones objetales internalizadas.
La libido y la agresión representan los dos instintos psíquicos generales, que integran componentes instintivos y otros bloques constitutivos, consolidados en un principio en unidades de relaciones objetales internalizadas (…)
En resumen, mi propuesta general es que los afectos representan disposiciones innatas a una experiencia subjetiva en la dimensión del placer y el displacer; son movilizados simultáneamente con patrones innatos de comportamiento, que despiertan reacciones ambientales (…)
Todo esto conduce a la fijación de huellas mnésicas en una primitiva constelación o unidad de `memoria afectiva’, formada por aspectos del sí-mismo, aspectos del objeto y el estado afectivo propiamente dicho.”
(O. F. Kernberg, La teoría de las relaciones objetales y el psicoanálisis clínico)
“Cada acontecimiento afectivo se convierte en un complejo.”
(C. G. Jung, Sobre la psicología de la dementia praecox; en: Psicogénesis de las enfermedades mentales)
“El estado afectivo incluye una relación objetal internalizada, básicamente una representación particular del self en relación con una representación particular del objeto bajo el impacto de un cierto afecto.
La relación de roles recíproca entre el self y el objeto, enmarcada por el afecto correspondiente, se expresa por lo general como una fantasía o deseo.
La fantasía inconsciente consiste en esas unidades de representación del self, representación del objeto y el afecto vinculado a ellas (…)
Los afectos son entonces el vínculo entre los componentes instintivos determinados biológicamente, por un lado, y la organización intrapsíquica de las pulsiones, por otro.”
(O. F. Kernberg, Relaciones amorosas : normalidad y patología)
“Los factores psíquicos que determinan el comportamiento humano son los instintos que actúan como fuerzas motivadoras del acontecer psíquico (…)
En rigor, dadas las circunstancias, no es el instinto extrapsíquico el factor directamente determinante, sino esa forma que resulta de la cooperación del instinto y de la situación respectiva (…)
Al hecho extrapsíquico del instinto le correspondería el papel de un mero estímulo; el fenómeno instintivo psíquico, por el contrario, sería una asimilación del estímulo a una complejidad psíquica ya existente, a lo que denomino psiquificación.”
(C. G. Jung, Determinantes psicológicos del comportamiento humano; en: La dinámica de lo inconsciente)

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