martes, 14 de agosto de 2012



El ánimus en el proceso de individuación de la mujer actual

Young-Eisendrath y Wiedemann llegan a la curiosa conclusión de que en la sociedad reinante, no es posible ser simultáneamente una mujer ideal y un adulto sano. Si la mujer toma una actitud emprendedora y categórica, expresando su autoridad muy directamente, se la considera demasiado masculina y agresiva, y ya no es más atractiva para los hombres. A su vez, si adopta un estilo de feminidad tradicional, renunciando a su autoridad, se vuelve dependiente, inmadura y desamparada. En ambos casos, las mujeres tienden a sentirse insatisfechas como mujeres (en Zweig, 1994).
El complejo contrasexual de fuerza, inteligencia y competencia suele estar disociado y proyectado en hombres o instituciones. Así, las jóvenes se ven a sí mismas como débiles e incompetentes, subestimando su fortaleza y sus capacidades, haciendo depender su autoestima de su aspecto. Sumergidas en este doble vínculo de la autoridad femenina, les es difícil “hacer las cosas bien” y entonces, surgen la autoculpabilización y los sentimientos de inferioridad, dos de los síntomas neuróticos más comunes en mujeres. La integración del complejo contrasexual, de las habilidades que no reconocen en ellas, como poder usar su agresividad o autoridad asertivamente en su beneficio, y ser capaces de aprovechar su propia inteligencia, se vuelve una imperiosa necesidad del proceso de individuación de las mujeres actuales (Young-Eisendrath, 1999).
Por otro lado, Valentis y Devane (1997) señalan la aparición de lo que llaman “la furia femenina”, representada por Lorena Bobbitt castrando realmente a su marido o películas como “Atracción fatal” o “Thelma y Louise”. Parecería que la agresividad encapsulada en las mujeres, generadora de patología, estalló, haciéndose visible en los años 90 bajo la forma de una rabia destructiva hacia sí mismas u otros. A través de una nueva reflexión sobre el mito de Medusa, evidente representación de una mujer furiosa, las autoras imaginan que es ella la que cuenta su historia por primera vez, en lugar de que la tragedia sea narrada desde Perseo. Las “mujeres furiosas” de los 90 se rebelan y lo que se revela es, por un lado, la opresión que produce el verse constreñidas por los valores colectivos y por otro, la dificultad de la mujer para autoafirmarse confiadamente y expresar su rabia creativamente, ya que expresar esto ha estado prohibido desde lo cultural.
Los problemas del ánimus estarían vinculados a la dificultad de desplegar esta fuerza arquetípica -coraje, autodeterminación, iniciativa- desde una conciencia femenina, en un mundo que aún no le es del todo propicio. A decir de von Franz (1993), tener un ánimus poderoso y no vivirlo, es lo peor que puede pasar, pues distancia a la mujer de la posibilidad de desplegar sus capacidades y recursos “masculinos”, contenidos y mediatizados por una conciencia femenina. Las mujeres actuales estarían transitando una doble tarea: dotar de poder a “lo femenino consciente” (como lo llama Zweig, 1994), en una revaloración del yo y la persona mujer, e integrar adecuadamente al ánimus.

Para finalizar esta ponencia, queremos compartir con ustedes algunas imágenes de la película Kill Bill, dirigida por Quentin Tarantino, a partir de las cuales ejemplificaremos los principales conceptos vertidos en nuestra exposición, y en donde se ve claramente el largo, doloroso y finalmente gratificante proceso de una mujer en el encuentro con su ánimus:
la atención conciente que la mujer tiene que conceder al problema del ánimus probablemente le requiera mucho tiempo y acarrea infinidad de sufrimientos. Pero si ella se da cuenta de quién y qué es su ánimus y qué hace con ella; y si ella se enfrenta con esas realidades en vez de dejarse poseer, su ánimus puede convertirse en un compañero interior inapreciable... (von Franz, 1992, p. 192) 



REFERENCIAS BIOGRAFICAS


VALENTIS M. y DEVANE A. (1997). La furia femenina: desvelando sus secretos, integrando su poder. Madrid: Gaia.
VON FRANZ, M.-L. (1993). Erase una vez...: una interpretación psicológica. Barcelona: Luciérnaga.
---------- (1992). El proceso de Individuación. En: JUNG. C., El Hombre y sus Símbolos. Barcelona: Caralt, p. 157-228.
WEHR, D. (1994). Ánimus: el hombre interior. En: DOWNING, C. (Org.), Espejos del Yo. Barcelona: Kairós, p. 61-80.
YOUNG-EISENDRATH, P. (1999). Género y contrasexualidad: la contribución de Jung y su desarrollo posterior. En su: Introducción a Jung. Madrid: Cambridge University Press, p. 313-333.
ZWEIG, C. (1994). Lo femenino consciente: nacimiento de un nuevo arquetipo. En: DOWNING, C. (Org.), Espejos del Yo. Barcelona: Kairós, p. 246 -257.
Filmografía

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